Recipiente vacío
Instalación audible
Exposición: “LABERINTO”
Galería Mundo
Bogotá DC,
septiembre de 2008
RECIPIENTE VACÍO
2008
del aullido urbano a la oquedad del vacío y al silencio íntimo de la línea,
se amputan los eventos corporales,
el oído prolongado, generador de lo omitido,
de sonidos ensanchados y de oídos ensordecidos…
se enmudecen los ruidarios con auscultaciones minúsculas…
murmullos como aludes y susurros como cántaros de tempestad.
Recipiente vacío es una instalación sonora que potencia una escucha interior e íntima, resguardada en la oquedad de un recipiente, del paisaje sonoro urbano atrapado en él. Una escucha confusa y sutil de voces, sollozos, gritos, murmullos y murmuros de la gente; de estrépitos y estruendos del tráfico automotor, del vuelo de aviones y de aguaceros y tempestades; de la melodía de la lluvia, del goteo de la fuente de agua y del canto de las aves… El aire resuena en el interior del recipiente vacío… y el sonido que se evapora y se dilata en la ciudad se concentra en el sordo interior del recipiente… entonces los silencios resuenan en una espiral laberíntica de ruidos provenientes de recónditos rincones.
Los sonidos son escuchados afectados por la reverberación del recipiente… una materia sonora, de texturas y espacios, que es trasladada al interior del espacio binaural de los auriculares. Una escucha con una doble resonancia: la del ámbito arquitectónico dado por la concavidad del edificio sur de las torres del parque y del recipiente vacío allí instalado; dispositivos que potencian una condición de transformación “natural” permanente que genera cambios tímbricos de los sonidos en tiempo real.
El paisaje sonoro se instala bajo el rigor de una escucha mediada, acústica y electroacústica… con transductores como el espacio, el edificio, el recipiente, el micrófono y los auriculares o parlantes. Se trata de una escucha mediatizada, escindida, acusmática y ciega.